En los últimos tiempos, rara vez oímos hablar de semillas regulares. Y es que, las semillas feminizadas adquieren todo el protagonismo dada la garantía que proporcionan para realizar un cultivo de plantas de marihuana hembra.
Sin embargo, ninguna tipología de semilla es mejor o peor que el resto. Todo depende de las necesidades del cultivador de cannabis y los recursos disponibles para llevar a cabo un cultivo de marihuana.
¿Qué son las semillas regulares de marihuana?
Las semillas regulares –al igual que en un sistema de reproducción humano- se obtienen a partir del cruce entre una planta hembra y una planta macho. Por tanto, se trata de una especie diploide en la que la planta macho poliniza las flores de la planta hembra aportando así su genética que puede ser X o Y. Dando como resultado otras semillas de célula XY macho o XX hembra en las que el sexo es indeterminable hasta el momento de su germinación.
Así pues, en pocas palabras, las semillas regulares son todas aquellas que siguen el proceso de reproducción habitual y no han sido sexualmente modificadas de forma artificial o forzada para que todas las plantas sean hembras, tal y como si ocurre con las semillas feminizadas.
En la actualidad, este tipo de semillas son utilizadas para conservar buenos ejemplares de cannabis como planta madre y disfrutar así de sus cualidades organolépticas de cada uno de los fenotipos que puede llegar a brindar una misma variedad de marihuana.
Por ende, la apuesta por la conservación genética convierte a las semillas de marihuana regulares en la opción privilegiada para los bancos de semillas como Xtreme Seeds, ya que usan este tipo de semillas para crear nuevos híbridos de nueva generación. Dirigiéndose así a un público de consumidores que no busca variedades comerciales.
Cómo realizar un cultivo de marihuana con semillas regulares
En primer lugar, dado que es imposible saber con certeza el sexo de nuestra planta, lo más habitual es poner todas las semillas regulares a germinar. Una vez dispuestas, debemos proporcionarles un fotoperiodo de 18/6 para ponerlas en fase de crecimiento vegetativo. Por tanto, un fotoperiodo que equivale a 18 horas de luz y 6 de oscuridad para garantizar su desarrollo.
En segundo lugar, una vez empiezan a crecer y tener hojas, es indispensable realizar esquejes para así proceder a su plantación en otra sala con el fin de iniciar su fase de crecimiento.
En tercer lugar, una vez cortados los esquejes y separados en otra sala, procederemos a la fase de floración con las plantas iníciales. Proporcionándoles así un fotoperiodo de 12/12, es decir, 12 horas de luz y 12 horas de oscuridad. Como podréis comprobar, las plantas macho empiezan a florecer una semana o dos semanas antes que las plantas hembra. De modo que, en esta parte del proceso, ya podemos identificar cuáles son macho.
En cuarto lugar, si lo que queremos es producir cogollos y no semillas, debemos deshacernos de las plantas macho detectadas para evitar la polinización de las plantas hembras a través del viento.
Asimismo, una vez retiradas las plantas de marihuana macho, conservaremos nuestras plantas femeninas en su periodo de floración con el mismo fotoperiodo de 12/12.
En quinto y último lugar, una vez cosechadas nuestras plantas de marihuana hembra, podremos seleccionar aquellas que más nos gusten para así convertirla en la planta madre y crear clones a partir de ella para seguir cosechando otros cultivos.
Ventajas y desventajas de las semillas regulares
DESVENTAJAS
Por un lado, la principal desventaja de este tipo de semillas es su producción limitada. Al no poseer garantías de obtener plantas hembras, corremos el riesgo de germinar un pack de semillas regulares y que todas ellas –o la gran mayoría-finalmente sean plantas macho. Pudiendo convertirse en un proceso frustrante dado las horas invertidas en su cultivo de marihuana.
VENTAJAS
Por otro lado, a pesar de su producción limitada, también cuenta con algunas ventajas.
En primer lugar, las semillas regulares son idóneas para los amantes de la botánica que disfrutan con las cualidades organolépticas de la marihuana, ya sea su color, la forma de sus hojas u otros elementos que la componen.
Asimismo, al no ser modificadas genéticamente, los cultivos de marihuana con semillas regulares gozan de una calidad excelente. Proporcionando así una cosecha magnífica y la posibilidad de obtener futuras plantas madre de alta gama para seguir cultivando.
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