En este post vamos a hablar de los diferentes tipos de semillas de marihuana. El término marihuana hace referencia a todas las sustancias psicoactivas que son consumidas por medio de la planta Cannabis Sativa, la cual tiene como compuesto químico psicoactivo el tetrahidrocannabinol (THC), un psicotrópico moderado que se adhiere a las membranas de las células neuronales cerebrales y actúa en los receptores de los cannabinoides del sistema nervioso; entre otros sesenta y seis compuestos químicos cannabinoides mas aparte del THC.
Estos compuestos cannabinoides, así como el THC, varían su proporción y concentración en la planta según el tipo de semilla y de cría; es decir, según el tipo de planta que surge a través de la semilla u óvulo. El tipo de cultivo así como su cuidado, su nutrición y su crecimiento afectan en los factores de concentración y efectos, pero la semilla es la que contrasta la proporción genéticamente definida de THC o de cualquier otro cannabinoide presente.
Existe una gran cantidad de tipos de semillas de marihuana debido a la importante cantidad de especies cannábicas conocidas, las cuales varían tanto fenotípica como genotípicamente. Esto muestra que en función de la semilla que se críe se obtendrá una planta de una especie diferenciada con características físicas y químicas diferentes a las demás especies.
Las semillas de marihuana se dividen en tres grandes categorías que varían en función de los caracteres de cultivo y crianza; aunque existe una variedad específica de semillas muy avanzadas que trabajan en virtud de su genotipo, hablando así de los principios activos y los cannabinoides presentes en mayor o menor proporción en la planta, variando así los efectos psicóticos y cerebrales que la posterior planta tendrá sobre el consumidor.
El primero de los tipos de semillas de marihuana son las regulares. Son aquéllas que no poseen ninguna manipulación química en su composición, es decir, aquellas que crecen naturalmente. Para obtener semillas regulares fértiles y de calidad, la planta femenina tiene que crecer aislada de la planta masculina.
Se sabe que la planta femenina es la que contiene todos los componentes químicos psicoactivos, mientras que la masculina sólo funciona como fertilizante y fecundadora de los óvulos femeninos para producir nuevas crías de la planta.
Cuando crece en totalidad, la planta femenina alcanza su madurez y produce hojas con las proporciones específicas y adecuadas de componentes químicos y THC, por lo que en esa etapa se junta con la forma masculina para producir semillas con esas características
El segundo tipos son las semillas feminizadas. Éstas son las más adecuadas para la producción de este material pues es aquella semilla que sólo produce plantas de la especie femeninas con un margen de error de 0,01 %. Las semillas feminizadas se producen sin el uso de plantas macho de cannabis. La creación de este nuevo genotipo de plantas de cannabis se origina en las condiciones físicas y de cultivo específicas. Mediante la comercialización de la misma se supo que la planta bajo condiciones extremas puede convertirse en una especie hermafrodita. Cuando se genera un entorno que asimila el invierno bajo condiciones de verano, la planta modifica su comportamiento para sobrevivir y seguir luchando por mantener la permanencia de la especie, por lo que logra auto fecundarse y comienza a producir polen. Según expertos, estas plantas son las mejores para la comercialización del cannabis; aunque su carácter delicado las convierten en propensas a pestes y enfermedades si no se les mantiene con los cuidados necesarios.
Por último, están las semillas de auto-floración. Esta nueva cepa es sólo un mecanismo de crianza industrial de la planta. Al cruzar genéticamente las semillas comunes con las de Cannabis Ruderalis se obtiene una planta capaz de florecer bajo cualquier horario de luz. De esta forma es más sencilla criarla, ya que crece con la simple incidencia de la luz que puede ser o no constante; pero de igual forma se obtendrá producción con alta cantidad de químicos psicoactivos.